ACCION COMUNAL: UNA LABOR ALTRUISTA
- Ventana Campesina
- 10 nov 2020
- 3 Min. de lectura
En el Líbano-Tolima existen más de 70 Juntas de Acción Comunal, integradas por mujeres y hombres quienes con su labor altruista, han venido realizando acciones en beneficio del mejoramiento de la calidad de vida de sus comunidades rurales y urbanas.

Junta de Acción Comunal Vereda el Agrado, Líbano-Tolima
El pasado 8 de noviembre se celebraron 62 años del día de la Acción Comunal en Colombia, una labor voluntaria que vienen realizando miles de colombianos que hacen parte de 64.615 Organizaciones de Acción Comunal que existen actualmente en el país.
El Líbano- Tolima un municipio situado al norte del Tolima, estructurado con 20 barrios urbanos, 76 veredas y 4 corregimientos, cuenta actualmente con el 65% de sus Juntas de Acción Comunal, legalmente constituidas. Este grupo de ciudadanos que las conforman voluntariamente dedican su tiempo al servicio comunitario y diariamente trabajan por sacar adelante sus barrios, veredas y corregimientos.
Este mecanismo de participación ciudadana fue creado por medio de la Ley 19 en el año 1958, durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo y surgió inicialmente como un medio para promover el respeto y la tolerancia en una época de violencia bipartidista.
El Gobierno Nacional busca fortalecer la Acción Comunal a través del CONPES 3955 de 2018. Según el Ministerio del Interior, el gobierno " …ha llegado a los territorios con inversiones de más de 35 mil millones entre los años el 2019 y 2020, a través de programas como el ‘Banco de Acciones Comunales’, ‘Comunal Aprende’, ‘Soy Joven, Soy Comunal’, ‘Mujeres Empoderadas’, ‘Comunal Emprende’, y en los cuales se promueven proyectos para el mantenimiento de vías, el mejoramiento de escenarios comunales, fortalecimiento ambiental, emprendimiento, acceso a educación superior entre otras acciones..."
El requisito para que las JAC, accedan a estos programas es que se inscriban en la página web del Ministerio del Interior y accedan al Registro Único Comunitario (RUC), proceso de sistematización que resulta valioso para contabilizar a la organización comunitaria en Colombia. Sin embargo un gran número de Juntas de Acción Comunal, pierden esta posibilidad de participar en estos programas porque aún no cuentan con otros documentos como el Plan de Acción Comunal o de Trabajo, una cuenta bancaria, la actualización de los libros de actas, de inventarios, de tesorería, entre otros documentos y que son requisito básico para acceder a estos programas.
La realidad es que en Colombia apenas se está iniciando un proceso de actualización de documentos para las JAC, especialmente en las zonas rurales quienes apenas cuentan con el Registro Único Tributario (RUT) y la personería Jurídica. Así mismo cabe destacar que sus miembros rurales han sido campesinos y campesinas, muchos de ellos no propietarios de tierras quien han liderado con mucho esfuerzo el desarrollo de su vereda y el apoyo a su comunidad rural.
Para que las JAC puedan acceder a los programas propuestos por el Estado se requiere de la capacitación y/o asesoría continua en materia de documentación legal, normatividad comunal, planes de desarrollo local, entre otros temas a fin de que las JAC tengan el real protagonismo en Colombia. Las universidades de la región, de los municipios, deberían estar considerando en establecer un diplomado en Acción Comunal que contemple tales temas vitales para la cualificación de estas valiosas organizaciones.
Las Juntas de Acción Comunal llevan más de media centuria de vida y el Estado no les ha dado la importancia que se merecen. A través de los tiempos han sido manipuladas para los fines clientelistas “politiqueros”, opacando la organización comunitaria, esencia de la democracia participativa que bien puede llevar al país por la senda del bienestar social.
En tal sentido, y si el poder en su acepción básica significa la “facultad y capacidad para llevar a cabo una determinada acción”, llegó la hora para que las nuevas JAC evidencien el nuevo reto de ejercer un poder ascendente que se les ha otorgado, actuando con autonomía al dialogar con los poderes políticos y sociales sobre las necesidades de la comunidad y/o participando en otras actividades como las veedurías ciudadanas, los planes de desarrollo local, participación en los presupuestos locales, los pactos por la paz, entre otros, es decir, deberán ser el puente por el que se pueda caminar hacia un equilibrio social y una defensa de los intereses comunitarios.
Comments