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PROTECCION PARA LAS CAMPESINAS Y OTRAS MUJERES RURALES

  • Foto del escritor: Ventana Campesina
    Ventana Campesina
  • 22 feb 2021
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 22 feb 2021

Don Gregorio, un recio campesino de mirada alegre y voz ruidosa, leía juiciosamente el Artículo 4 de la Declaración de los Derechos de los Campesinos, aprobada por Naciones Unidas en el año 2018: "Los Estados adoptarán todas las medidas apropiadas para erradicar todas las formas de discriminación de las campesinas y otras mujeres que trabajan en las zonas rurales..."


Oleo sobre tela de lienzo, Firmado por Lina Crespo (Escuela de Madrid)


A lo lejos ladraron los perros y un tenue viento se coló por la gran ventana de la escuela rural. La voz casi en murmullo de don Gregorio se escuchaba al fondo: "...y para promover su empoderamiento de manera que puedan disfrutar plenamente, en pie de igualdad con los hombres, de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales y obrar por el desarrollo económico, social, político y cultural del ámbito rural, participar en él y aprovecharlo con total libertad".


Quizás por la tranquilidad y el profundo silencio rural que rebotaba en el ambiente, la voz de don Gregorio se volvió un arrullo tan profundo que fue dormitando a los presentes. La maestra solo atinó a decir en voz alta: - Por favor escuchamos con intención-. Todos se despabilaron e irguieron sus cuerpos en sus sillas. Don Gregorio carraspeó y terció de nuevo en la lectura:

" Los Estados velarán porque las campesinas y otras mujeres que trabajan en las zonas rurales disfruten sin discriminación de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales establecidos en la presente Declaración y en otros instrumentos internacionales de derechos humanos, en particular los derechos a":

  • Participar, en condiciones de igualdad a de manera efectiva, en la formulación y ejecución de los planes de desarrollo a todos los niveles.

  • Acceder en condiciones de igualdad al más alto nivel posible de salud física y mental, y en particular a centros de atención sanitaria, informaciones, consejos y servicios de planificación familiar adecuados.

  • Acogerse directamente a los programas de seguridad social.

la sesión avanzaba lenta y pesada, y en esas entraron doña Flora y don José, trayendo sendas bandejas de humeante chocolate y bollos de maíz, motivo por el cual la lectura quedó detenida ante tan apetitoso bocado. - Bueno, bueno - , dijo la maestra Lucía: - He anticipado las onces porque los veo, muy adormilados, así que a disfrutar la merienda y mientras tanto yo continuaré del artículo 4.

  • Acceder a todos los tipos de formación y educación, formal o informal, incluidos los cursos de alfabetización funcional, así como a todos los servicios comunitarios y de divulgación, a fin de aumentar sus competencias técnicas.

  • Organizar grupos de autoayuda, asociaciones y cooperativas a fin de acceder en condiciones de igualdad a las oportunidades económicas mediante el empleo por cuenta propia o por cuenta ajena.

  • Participar en todas las actividades comunitarias.

  • Acceder en condiciones de igualdad a los servicios financieros, los créditos y préstamos agrícolas, los servicios de comercialización y las tecnologías apropiadas.

- Un momento -, dijo doña lupe quien se levantó de manera atropellada, mientras apuraba un pedazo de bollo: - Pues ojalá, todos estos derechos para nosotras las mujeres del campo, pronto sean una realidad, porque yo les cuento... hace exactamente la semana pasada, ahí no más me fui pa'l banco a pedir un préstamo, por cierto muy pequeño... y adivinen que me dijeron... que dizque porque yo no tenía historia de crédito y la tierra no figuraba a mi nombre, no me daban el préstamo... entonces ¿a qué jugamos?.


El salón quedó envuelto en un murmullo de voces incongruentes y arreció entre todos el debate sobre los derechos de la mujer rural. La maestra Lucía pensó: - Esto si que está bueno... jumm, hizo su efecto el chocolatico caliente y los bollos de doña Flora... ahh... es que estos temas aunque interesantes, deben ser debatidos con el estomago lleno... si señores, seguiré adelantando la merienda para mi gente.


La maestra Lucía interrumpió el alegre conversatorio: - Mis queridos amigos, falta solo un pedacito de lectura para terminar el Artículo 4... por favor escuchemos y prometo que la próxima merienda será más tentadora- . Todos se pusieron en actitud de escucha:

  • Acceder en condiciones de igualdad a la tierra y los recursos naturales, y poder utilizarlos y gestionarlos en pie de igualdad, y obtener un trato igual o prioritario en las reformas agrarias y los planes de reasentamiento.

  • Tener un empleo decente, gozar de igualdad de remuneración y acogerse a las prestaciones sociales, y acceder a actividades generadoras de ingresos.

  • Estar protegidas de todas las formas de violencia.

Muy cerca de la escuela rebuznó "Conejo" el impertinente burro tan amado por los niños quienes atropelladamente y con zanahoria en mano, salieron en desbandada del salón de clases... era la hora del almuerzo.


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