DEL DECORO DEL CAMPESINO A LA VULGARIDAD DEL POLITICO
- Ventana Campesina
- 20 dic 2020
- 2 Min. de lectura
Cuando recorremos el campo y miramos en lontananza, nos sentimos infinitamente humanos y frágiles, como detenidos en el tiempo. Mientras el viento nos arropa y cae la tarde, pensamos en el inmenso valor y decoro que han tenido nuestros ancestros campesinos, aquellos que han arado la tierra de sol a sombra, sin lujos, ni ambiciones, tan solo buscando hacer germinar la semilla que se hará alimento para todos. Es ahí cuando nos sentimos orgullosos de pertenecer a la Colombia campesina.

Son tan valiosos nuestros campesinos y campesinas que uno se pregunta ¿por qué conocemos tan poco de lo que produce el campo colombiano? Por ejemplo, sabe usted apreciado lector ¿Cuántas clases de café existen en Colombia?, ¿Qué variedad de café es la que más se cultiva en su región o cuántas arrobas produce mensualmente?.
Quizás si la historia de nuestro país hubiese tenido la suerte de unos gobernantes que hubiesen pensando realmente en la identidad campesina, no habrían expuesto al campo a su abandono histórico y “esos” no estarían tratando de expropiar y desplazar a nuestros campesinos de su tierra. ¡ Ay, Dios, qué dolor de patria!.
Ya es hora de aprovechar el tiempo para saber del campo y los campesinos, de su riqueza y de su dedicación. Qué tal si los ciudadanos dejamos de perder nuestro tiempo “chismorreando” sobre tanta noticia de “politiqueros baratos”, quienes en vez de ejercer la política con respeto, se han empeñado en desprestigiarla con un oportunismo pendenciero y vulgar.
Suficiente con los noticieros que se ensañan en repetir las despreciables historias de “esos” que no solo se ocupan de descunchar las arcas locales y empobrecer a nuestros municipios, sino también de hacer espectáculos vergonzosos dizque para hacer valer su “poder” ante la “ciudadanía”.
Estos mal llamados “políticos” deberían tomar ejemplo de nuestros campesinos y campesinas, trabajadores incansables que aran la tierra, seres honrados y sencillos que con su humildad nos enseñan que la vida hay que labrarla paso a paso, afirmándola en un valor fundamental: la honestidad.
Si nuestros símbolos patrios buscan “difundir los valores de la historia o los personajes célebres del país”, entonces propongo cambiar una parte de nuestro escudo nacional para reivindicar como verdaderos personajes a nuestros campesinos : ¿Qué tal si en el lugar de las cornupias que aparecen a cada lado en la parte superior del escudo colombiano, éstas sean remplazadas por dos pares de manos campesinas, porque por ellas es que brota “la fertilidad de nuestra tierra colombiana”. ¿Luego no decimos que tenemos identidad campesina?
A propósito de identidad, ¿saben ustedes qué es una cornupia y qué es un gorro frigio, sí, esos dos elementos que aparecen en nuestro escudo colombiano? .
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