top of page

LA CHICHA, LA BEBIDA ANCESTRAL VUELVE A LA CARGA

  • Foto del escritor: Ventana Campesina
    Ventana Campesina
  • 5 sept 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 27 oct 2022

Recuerdo que el abuelo le decía a la abuela: “Mija… Por qué no se hace esa chicha de maíz tan buena para la sed…”, y la abuela respondía: “Jumm… chichita para la sed y la juerguita …”, mientras con su eterna paciencia sacaba de la vieja alacena dos kilos de maíz amarillo, el cual ponía a remojar en la olla de barro toda una noche.

Al día siguiente mientras la abuela continuaba con la elaboración de la chicha, cantaba repitiendo muchas veces el siguiente estribillo:

“Patriotas! El mate

de chicha llenad

y alegres brindemos

por la libertad

y alegres brindemos

por la Libertad”...


La abuela cantaba alegremente y su pequeño cuerpo se movía diligente, mientras la deliciosa chicha comenzaba cocinarse lentamente al calor del fuego del hogar campesino.

"Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) el término chicha se origina de la lengua ancestral de aborígenes de Panamá denominados “Cuna”. Es una abreviación de los términos chichabh (maíz) y co-pah (bebida), o sea, "bebida de maíz"; y “es una de “bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada”

LA GUERRA CONTRA LA CHICHA

Esta bebida ancestral y económica, que comenzó a venderse en las tiendas de barrio y que animaba al encuentro entre vecinos los fines de semana, era un líquido auténticamente popular el cual comenzó a ser perseguido, porque según las autoridades gubernamentales y religiosas afectaba las buenas costumbres y alborotaba el “orden público”.


Lo cierto es que la chicha, tiene viene de nuestros ancestros indígenas quienes la utilizaban en las ceremonias y rituales especiales, que hacen parte de su acervo cultural y que son fundamentales para crear energías de limpieza y protección entre su comunidad.


Los intereses económicos del momento que propendían por imponer el monopolio de la cerveza y otras bebidas tecnificadas, hicieron que la chicha fuera perseguida injustamente y así fue como:

“… en el año 1948, el gobierno nacional junto a las cervecerías Bavaria y Germania, lanzaron una nueva campaña contra su producción y consumo, esta vez de la mano de un producto llamado El Cabrito, una cerveza de maíz subsidiada por el estado que obtuvo gran acogida y demanda popular. En este contexto se fundó en 1945 la Cervecería Andina, que, para 1950 sacó al mercado su primera botella de cerveza bajo el mismo nombre y para finales de la década promocionaba su producto en comerciales televisivos…”.
https://www.senalmemoria.co/articulos/la-cerveza-y-la-sociedad-colombiana-en-mitad-del-siglo-xx

Fue tanta la mala imagen que le impusieron a la chicha, hasta el punto que fue relacionada como un producto popular sucio “ portadora de peligrosos gérmenes”. En cambio al consumo de cerveza y el wisky fue dándosele el carácter de bebidas elegantes y modernas que promovían “el desarrollo y la vida civilizada”

“El 2 de junio de 1948 la chicha perdió la batalla final. El gobierno de Ospina Pérez expidió el decreto 1839, y que luego se convirtió luego en la ley 34 del 5 de noviembre de ese año, el cual fue firmado por sus ministros conservadores y liberales, por el que se prohibía la fabricación y expendio, en condiciones masivas, de la chicha y el guarapo”.

AUSENCIA DE REFORMAS SOCIALES


Los historiadores confirman que el gobierno utilizó la violencia política que por entonces vivía Colombia y le adjudicó a la chicha la responsabilidad de los “malos comportamientos de sus gentes”, por lo que aprovechó decir en el mencionado decreto que:


“ …es un hecho de notoria observación, confirmado por los médicos legistas que en los departamentos donde se consumen bebidas alcohólicas cuya fabricación no esta sometida a reglas higiénicas y técnicas y cuyo alto grado de toxicidad y contenido alcohólico, las hacen eminentemente peligrosas, la criminalidad, las manifestaciones mentales y la frecuencia de sucesos de carácter político son de mas impresionante ocurrencia".

Hacia los años 40, las llamadas chicherías habían sido prácticamente acabadas de manera injusta por el estado colombiano y se imponía el consumo de la cerveza y otras bebidas alcohólicas, comportamiento aceptado socialmente, el cual fue aumentando de manera gradual entre las gentes, lo cual evidenció que el problema no era la chicha sino la falta de reformas sociales que seguía incubando la insatisfacción y por ende la violencia política del del momento.

La abuela solía darnos de tomar la chicha recién preparada, y mientras la tomábamos, ella nos decía cantando “Chicha de maíz, se sirve fresquita para niñitas bien juiciositas, y no les alborota la cabecita…”.


Alguna vez le pregunté a la abuela por el nombre de la canción que ella cantaba cada vez que se ponía a hacer la rica chicha. “Jumm... no lo sé mi niña… tu bisabuelo la cantaba mientras compartía alegremente varias totumas con los vecinos y recuerdo que era muy larga y bonita aquella canción…”.


Nunca supo la abuela que aquella canción fue escrita por los autores peruanos Jose Bernardo Alcedo y José de la Torre Ugarte, en el año 1920. Tal vez el bisabuelo alcanzó a tararear un poco más este bello himno que en su momento fue considerado como el primer himno nacional del Perú, el cual anunciaba los vientos de libertad del continente americano.



Comments


bottom of page